El planteamiento
de estas preguntas y sus respuestas nos conducen a reconocer cuatro clases de
mercados:
1.
Mercados de consumo
2.
Mercados de productores o industriales
3.
Mercados de revendedores
4. Mercados de las instituciones oficiales
1. Mercados de consumo
Los mercados de consumo están integrados por los individuos o familias que
adquieren productos para su uso personal, para mantenimiento y adorno del
hogar. Por lo tanto, aquí podemos englobar innumerables productos de todo
tipo.
La frecuencia de compra depende de muchos factores;
uno de ellos es el tipo de producto: los productos duraderos no se consumen
con un solo uso, por lo cual se compran con menor frecuencia que los no
duraderos, es decir, aquellos que se consumen con uno o pocos usos (por
ejemplo, productos alimenticios).
Algunos son de compra diaria y rutinaria, por ejemplo, el periódico, mientras
que en otros hay mayor plazo entre dos adquisiciones sucesivas. En algunos
productos influyen mucho los avances tecnológicos (por ejemplo, electrodomésticos).
La decisión
de compra depende también
del tipo de producto. En los de uso personal, la decisión es también
personal. En cambio cuando el producto afecta a la vida familiar, la decisión
de compra puede variar mucho.
2. Mercado de los productores
Los productos no los compran en su mayoría para ser consumidos, sino
transformados en otros productos o comercializados como intermediarios.
Este mercado es mucho más rico en el número de transacciones que el de
consumo, porque hasta que el producto está finalizado pasa por varios
procesos de transformación. En una economía desarrollada, el 80% de las
transacciones se realiza en este mercado.
La pertenencia a este mercado se identifica por la actitud del comprador, y
el uso del producto, y será sustancialmente diferente la venta (un ordenador
es diferente si se vende a un particular que a una empresa). El precio
también será una variable que tenga diferente importancia en un mercado y en
otro.
Una peculiaridad de este mercado, es el proceso de compra, en el que deciden
diferentes personas. Así, en el proceso de venta es importante saber qué papel
desempeña cada persona. La compra en una empresa no es un gasto como en el
mercado de consumo sino un coste, y esto hace que la compra sea mucho más
racional.
3. Mercado de los revendedores
Los demandantes de este mercado son las empresas, personas o instituciones
que adquieren los productos con objeto de venderlos o alquilarlos a otros,
pero sin transformarlos.
Estos revendedores compran dos tipos de productos: los destinados a la
reventa y los destinados al desarrollo de su trabajo y mantenimiento y mejora
de instalaciones.
Las motivaciones de compra en este sector son parecidas a las del mercado de
productores. También en este caso, las compras suponen costes y, por ello,
las decisiones están igualmente protagonizadas por el componente racional y
económico.
Si esta empresa es pequeña el proceso de decisión es corto, y más largo según
sea mayor ésta.
4. Mercados de instituciones oficiales
En este mercado se englobarían todas las instituciones oficiales. Se
diferencia en que en el proceso de compra no es tan importante el factor
económico como el servicio a la comunidad. Por otra parte las decisiones
siguen pautas legales con procedimientos rígidos y preestablecidos.
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